Lecturas



                                  NIÑAS, NIÑOS Y JUGUETES DE GÉNERO

Para los adultos, el juego es un descanso de la vida. Para los niños, jugar es la vida y los juguetes son las herramientas del primer aprendizaje. La socióloga Elizabeth Sweet analizó más de 7.300 juguetes en los catálogos de Sears del siglo pasado. Encontró que los primeros anuncios de estos productos, basados en el género, promovían roles tradicionales: la “pequeña ama de casa”, el “joven constructor”. A finales del siglo, los roles eran más fantasiosos: el ama de casa, una princesa; el carpintero, un héroe de acción. 

Gracias al auge feminista, aclara Sweet, en los años setenta vio una caída en los juguetes de género: solo 2% de los juguetes en el catálogo de 1975 era para un género específico. Pero en los ochenta, las distinciones de género resurgieron en los bienes para niños, como la ropa. Los mercadólogos pudieron haber visto los ultrasonidos como una oportunidad cuando estuvo disponible, ya que los padres podían conocer el sexo de sus bebes antes de nacer. 

Desarrollar juguetes basados en el género tiene consecuencias. Un estudio de 2015 encontró que los niños son más propensos que las niñas a jugar con juguetes que desarrollan la inteligencia espacial (juegos de construcción, bloques Lego). La mercadotecnia desempeña un papel en ello, según Jaime Jirout, psicólogo y autor del estudio. La línea de productos Lego friends, para niñas, se enfoca en la actuación, no en la construcción; es una versión con menos piezas. Esto puede moldear la vida más tarde: “Las habilidades espaciales explican en parte la baja representación femenina en la ciencia y la tecnología”, asegura Jirout. 


Fuente: Natasha Daly (2017, enero). Niñas, niños y juguetes de género. National Geographic, Volumen 40, número 1. Explora/Edición sobre género.  




                                         MITAD ÉL, MITAD ELLA



La apariencia diferente entre géneros de una especie se llama dimorfismo sexual. El término implica que hay una división clara entre los sexos. Pero, en el reino animal, muchas criaturas lo cruzan. 

El mundo natural está repleto de hermafroditas, animales que podrían parecer machos o hembras, pero tienen los órganos reproductivos de ambos. Sus primos menos comunes son los ginandromorfos, animales con rasgos masculinos y femeninos; es decir, el tamaño y color de uno con los genitales del otro.
Aún más raro es el ginandromorfismo bilateral (arriba): un animal mitad él y mitad ella, separado por su línea media. El fenómeno se ha documentado en aves crustáceos y mariposas. 

Josh Jahner, biólogo evolutivo, explica “lo que muchos científicos creen que pasa” para formar estos seres: los cromosomas sexuales de las mariposas, contrarios a los humanos, son dos iguales (ZZ) en el macho y dos diferentes (ZW) en la hembra. A veces, el huevo de una hembra tiene dos núcleos, Z y W. Cuando ambos son fertilizados por un esperma Z, resulta en un embrión con la mitad de cada sexo.
¿Qué tan raros son estos ejemplares? En un estudio de los años ochenta del siglo xx, un equipo que recogió cerca de 30.000 mariposas encontró cinco ginandromorfos bilaterales entre ellas. Colegas de la Universidad de Nevada en Reno “se emocionaron”, recuerda Jahner, al encontrar cuatro desde 2011. 

Los ginandromorfos en el laboratorio de Jahner han intentado poner huevos sin éxito, quizá por una anomalía en sus sistemas reproductivos. Así que, aunque ostenta colores impresionantes, es una belleza que, parece, no pueden transmitir.



Fuente: Patricia Edmonds (2017, enero). Mitad él, mitad ella. National Geographic, Volumen 40, número 1. Explora/Instintos básicos.
 



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